miércoles, 6 de marzo de 2013

La Fuerza de un Abrazo


El primer día que ingresaron nuestro hijo, el miedo, el desconocimiento, la frustración, se habían apoderado de nuestro cuerpo.

Por la tarde, a eso de las cinco, un hombre llegó y le dio un abrazo a mi mujer, le dijo: “que no te moleste, pero todos los días que te vea te voy a dar uno”.
Yo en ese momento, me quedé un poco sorprendido y pensé: “¿este hombre de que va?”.

Al siguiente día llegó a la habitación otra muchacha y le dijo a mi mujer que porque le acompañaba un momento a la “sala”, ella accedió y fueron juntas; tardó poco, veinte minutos, cuando regresó, venia con los ojos muy rojos, pero se le veía bien, y me dijo que había estado hablando con unas personas que le daban “muy buenas sensaciones” y se había desahogado.

Todas las mañanas el hombre de los abrazos, llegaba a la planta, se acercaba a la habitación y con una cara siempre sonriente, nos saludaba. Poco a poco te vas enterando, esa persona es Andrés, el presidente de la Fundación Luís Olivares.

Van pasando los días, la planta se va convirtiendo en tu casa.

En el primer ingreso de mi hijo, este estuvo treinta y siete días seguidos, después semana si, semana no, así hasta un total de setenta. Y como siempre vas cogiendo confianza con las personas y te cuentan su historia.

Andrés es el padre de Luís, un niño que falleció de leucemia, pero murió físicamente, porque le dejó encomendada una misión a sus familiares, ayudar a los niños y padres de la planta de hematología-oncología del Materno Infantil.

Y Luís está mas vivo que nunca, continuamente ayudando a sus padres en el propósito tan bonita que les encargó, crear la Fundación Luís Olivares. Hablan con los niños, dan ayuda psicológica a los padres, ha creado en la misma planta una sala donde poder relajarte, desahogarte…… y mil cosas mas….

Pero lo mejor de todo es que, siempre están ahí, con su hombro dispuesto, para que llores….


1 comentario:

  1. Una historia preciosa. Desde aquí mi abrazo virtual para todos los que estais luchando contra esta enfermedad y mi más profunda admiraciòn para los que os ayudan a que este trance sea más llevadero. La fuerza para seguir está en la mirada de vuestros hijo. Un abrazo.

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